En efecto, el día que se supo quién había ganado las elecciones, fue un día muy agitado: las lauchitas conducían sus pequeños botecitos sobre las aguas residuales que recogía la red de alcantarillas de Santiago, festejando el triunfo con banderas y globos propagandísticos, pero lo que no sabían era que el Señor Guarén había hecho un trato con los gatos domésticos que de ninguna manera los beneficiaría.
Durante el tiempo que duró la propaganda electoral, los gatos abastecieron al Señor Guarén con una inmensa variedad de quesos, elaborados en distintas partes del mundo, con la que se dio el gran banquete, pero a cambio tuvo que prometer a los mininos que si ganaba las presidenciales les permitiría ocupar las alcantarillas santiaguinas.
Efectivamente, no paso mucho tiempo antes de que los gatos bajaran a ocupar los acueductos. Primero llegaron con trampas para cazar ratones, pues estaban muy gordos para hacerlo por sí mismos. Y, como cabía esperar, la población de lauchitas descendió rápidamente. Los que sobrevivieron, que no eran nada de tontos, se organizaron de tal forma que pudieron hacerle frente a los domésticos durante un buen tiempo, hasta que contrataron gatos callejeros para que cazaran por ellos. Entonces, el número de ratones volvió a disminuir, pero las lauchitas esta vez tampoco se rindieron, y nuevamente se organizaron: se reunían por las noches en la casa de algún pariente a resolver la manera de echar para siempre a los invasores. Y al fin hallaron el modo de hacerlo: hablaron con los quiltros, y una noche los hicieron entrar a la alcantarilla para que echaran de una vez por todas a los gatos y al guarén que habían escogido como presidente. Y afuera, por supuesto, los mininos se dieron el gran banquete con el gordinflón.
Creación de mi amigo personal EVER SIERRA! muchas gracias por compartir tu talento mijo!
A veces me dan ganas hasta de felicitarte. Y sí, te echo mil de menos. Y gracias.
ResponderEliminarY juntémonos. Progamemos alguna cosita poca.